Hay recepcionista de todas clases...
Yo soy una recepcionista de hotel “pijo” como decimos en mi tierra.
Nosotras le damos la bienvenida al “Loveboat” ofreciéndole cava, bollería y agua en una mesa elegantemente montanda al ladito de la recepción... Creo que no lo habeis oído, bollería de chocolate, crema y azúcar glaseado al laíiiito de recepción!! (… espera, ¿el director me está poniendo a prueba?).
Hay recepcionistas de todas clases sí...
Pero, quien se acuerda de los otros recepcionistas?,... de los de hotelitos de 20 habitaciones que te dan la llave de la habitación y que luego te encuentras arreglando la luz del pasillo, echándole cloro a la piscina, tirándose a salvar a esa mujer que Dios mío que se ahogaa!!!!, y que luego ves entre lagañas sirviéndote el desayuno ???
Y de los hippirecepcionistas? Sí, sí, yo conocí a uno...
Llegaba la Recepcionista a Alemania con dos maletas, una bolsa de aseo colgada al cuello, su mochila roja en la espalda y una bolsa del “pans and company” que aún contenía medio bocadillo... vamos un árbol de Navidad.
Cogí un taxi hasta un Albergue...
Allí, un chico hippie, con pelos largos, alto y muy delgado, en lo que era la “hippirecepción” me saludaba.
-Hallo, ich heiBe Recepcionista!- vamos ya me iba soltando con el idioma.
El chico, en su alemán perfecto, parecía decirme “jo tía, tienes una pedazo de Zimmer para tí sola”.. y el hippie que me dice “por ahí” y me da dos sábanas por las que tengo que pagar “sólo un euro” me dice, cuando las veo no se si el tío esta de broma, ... no no esta de broma.
Abro la puerta de acceso a las habitaciones veo una superescalera, y yo solita tuve que hacer tres viajes, uno por maleta y el hippirecepcionista... no tuvo compasión conmigo, él ahí mirando sus hippireservas o revisando sus hippihabitaciones...
Me da la llave número tres y yo, me voy al tercer piso, 323-tercera planta número 23 de toa la vida... y yo intentando meter la llave... De pronto me viene el hippirecepCIONISTA desencajao subiendo las escaleras... que haces!!! (con cara de, tía tas fumáaa). Y es que ¿yo que voy a sabe que el albergue tenía las habitaciones en la primera planta y yo estaba intentando colarme en un piso particular??.
Cuando me acompaña a mi Zimmer, ésta tenia 6 camas, así que pude dormir aproximadamente una hora en cada una (he dicho pude, no, dormí ). Por la mañana tras el desayuno y la ducha, entran a mi habitación seis personas, (jo, con el numero seis), cuatro chicos, dos chicas y un perro.
Resulta que era un grupo de música que tocaba esa noche a las 6 en la Neustadt y estaba de gira, o algo así. Nos presentamos, hablamos en english, deutsch y me invitaron al concierto... jo! Pero es que yo tenía otra aventura...
Bajé, me despedí del hippirecepcionista que seguía revisando las hippireservas, y me entregó una hippyfactura y cuando salgo del hippialbergue cojo el tranvia y ya en la calle veo un cartel anunciando un concierto ... Eran ellos! Los hippiclientes ;)
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